Hoy estaba la encargada que os hablé ayer.
Me enseñó el procedimiento de lavarse las manos hasta el codo y las uñas.
Nos metimos en conocimientos del preparado de alimentos.
El famoso boiler para hacer las hamburguesas, cómo se calienta el pan, cómo funciona los tiempos de fritura para complementos y algunas hamburguesas... me gustó.
Me comentó que me aprendiera las hamburguesas para empezar en caja lo antes posibles, eso me gusta y me motivó.
Me explicó el procedimiento de lavado y limpiado.
Estuve un rato en sala limpiando y pasado este tiempo me metió al cierre (segundo día y otro cierre más) esta vez me tocaba fregar cada una de las piezas de la cocina y elementos de la cocina.
Empecé entorno a las 22:30 y estuve sin levantar los ojos de las pilas hasta 1 que me relevaron para ir más rápido.
Y ese era el problema. No sabía los tiempos, si debía ir más rápido, esmerarme en los detalles de limpieza, en frotar y es que se limpia absolutamente todo día a día...
Solo puedo calificarlo con una palabra: HORRIBLE!!!!
El agua ardiendo, pilas de agua con grasa que se cambian cada poco y una torre de recipientes, bandejas y otros a limpiar y es que se friega hasta el boiler que es un horno gigante donde se hacen las hamburguesas y que se desmonta cada pieza de metal (que por supuesto pesan)
Pasaban las horas y no dejaban de venir cacharros, se me saltaban las lágrimas escondidas por las gotas que salpicaban mi uniforme y mi cara...
Creía que nunca terminaría esa tortura.
Al finalizar mis compañeros me dieron ánimos, incluso la encargada me dijo que ella a los dos días se dijo así misma que no aguantaría una semana allí y había llegado a encargada.
Pese a este día también matador, fue más enriquecedor y positivo que el primero.
He terminado con una sonrisa y alegría por parte de mis compañeros. Ni tan mal...
Poco a poco y paciencia
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